Tus ojos intimidaron hasta al sol,
El crepúsculo enmudeció al soneto,
Luces del ocaso acunaron versos,
Y mi pluma a este poema dio valor.
Tierra húmeda acolchaba tu asiento,
Mi pecho simulaba tu respaldo,
No existía mas ardor que tu regazo,
Ni recuerdo mas febril que tu aliento.
Preguntas, ¿por qué recito en pasado?,
A los ojos de la gente eres sombra,
mas nadie muere si es recordado.
No llores, ¿tu testigo?, las alondras,
Mas me condené a un naufragio soñado,
Peregrino del sol, por donde asoma.
Esclavo del verso. ;)
No suelo leer poesía, pero me has dado la escusa perfecta para hacerlo.
ResponderEliminarEsta genial Me gusta! Espero que escribas un poquito más amenudo.
GUAU.
ResponderEliminarGUAU.
GUAU.
"nadie muere si es recordado"
Decir que me has dejado sin palabras es decir poco, Iván.
:)
Es preciosoo =)
ResponderEliminarNo sabía que habías vuelto a escribir... Jo, en serio me encanta.