Dejemos que fluyan sentimientos, y solidifiquen palabras, y creen arte...

En aquél rincón escondido de mi memoria, ruge el mar.
Y como el vaivén de las olas, vienen y van mis pensamientos...

lunes, 18 de marzo de 2013

Palabras vacías


Hoy la inspiración no resulta suficiente
y me ahogo en unos puntos suspensivos.
Porque sentir que escribes sin poder decir nada
Es como estar callado con el ansia de un grito.


Hoy solo puedo morder con versos
Palabras que mueren poco a poco,
y sangrar con tinta el ligero nudo
Que en mi voz provocó el silencio...


domingo, 10 de marzo de 2013

Como una ola


Rozo minuciosamente la punta de sus dedos 
que erizan todo el bello de su brazo.
Que tiembla. Que espera. Y que se mantiene inmóvil 
al mismo tiempo que contiene su aliento.

Mi mano se mantiene seria y sensible,
Queriendo sentir cada uno de sus poros,
Queriendo hacer de un segundo una historia.
Deteniendo las prisas de este mundo
y controlando inesperadamente el tiempo. 

Contorneo el borde de su mano con tanta suavidad 
que la hago estremecer por caricias, 
como unos labios que ansían morder con la suavidad de un beso. 

Y cada uno de mis dedos encajan sin esfuerzo 
entre las aperturas de los suyos, despacio. 
Lentamente avanzo un paso y su olor me embriaga. 
Observo los jirones de su piel 
y olvido por momentos la necesidad de respirar. 

Mi concentración es sinceramente plena,
Y mi mano finalmente avanza por su brazo para arañar 
con la fuerza de un suspiro su cuello desnudo. 
Y vuelvo a recordar que mi corazón no late. 
Y desato mi aliento de la manera más sutil que sé. 

Y me acerco, y me recibe nerviosa. 
Y juego con su cabello realizando un masaje 
y siento que no puedo esperar más. 

Mis labios yacen entre abiertos desde hace minutos, 
y aúllan como solitarios por un edén tan próximo 
que los hacen llorar de ansia. 

Acerco nuestras cinturas y sujeto su espalda firmemente, 
sin poder aguantar más, pronunciando la respiración 
anteriormente oculta, gritando con la mirada. 

Sus mejillas enrojecen y toma un respiro. 
Empujo nuestros cuerpos para fundirnos 
y sentirnos parte de una misma realidad.
Y mi nariz queda al lado de la suya 
y nuestros labios a unos milímetros
sin poder contenernos ni un segundo más… … 

Entonces la beso... pero solo entonces.
Sin prisas. Sin tiempo. sin pausas. 
Fundiendo cada segundo, sintiendo en cada instante 
hasta  la última de nuestras terminaciones nerviosas.
Y besándonos con la fuerza que rompen las olas
una vez la marea las libera sin control... 

Al fin y al cabo yo decidí hacer de un instante algo eterno. 
Porque los versos de un beso merecen ser escritos.