Recordaba aquéllas tardes entrañables donde el paisaje acompañaba tu gesto, aquellas tardes frías donde el viento se helaba en tus ojos, aquéllas tardes íntimas donde la noche se contenía en tu aliento y aquéllas tardes cálidas donde mi calor era tu cuerpo…
Nunca me faltaron estaciones ni motivos para rendir homenaje a tus recuerdos, para inmortalizar este momento, para sentir tu victoria, escribir mi batalla y vivir nuestra historia…
Me robaste los puntos suspensivos para que "siempre" fuera siempre...
Esclavo del verso...